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La salida de los Cervera Hernández no representa nada para el PRI, solamente son unos cuantos votos.

A punto de concluir la LXII legislatura en donde el escaso apoyo al ciudadano y de no interiorizarse en sus demandas fue el modus operandi de nuestros diputados en estos 3 años

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20-07-2021.- Sin duda alguna un enorme reto enfrentarán los nuevos integrantes de la LXIII legislatura, debido a que los actuales representantes populares no lograron cuajar nunca un trabajo legislativo que llegara de manera directa a la ciudadanía.

Siempre ajenos a sus demandas, pero lo peor rara vez los atendían con el pretexto de juntas interminables de trabajo, atendiendo asuntos especiales y luego el maravilloso pretexto la Pandemia del Coronavirus para evitar los contagios, cuando la triste realidad es que luego de sus presuntas y agotadoras jornadas de trabajo se iban de inmediato del poder legislativo para no atender a nadie.
Pero lo más terrible de todo ello fue que varios legisladores se olvidaron de una de sus principales promesas de campaña: el regresar a sus distritos, es por ello que si la cabeza principal, Felipe Cervera Hernández se olvidó de sus representados en el séptimo distrito era evidente que esta demarcación distrital iba a ser ganada por un candidato de otro partido político, lo cual lamentablemente fue replicado por varios legisladores.
Desde un principio varios legisladores pusieron en práctica la política de la avestruz: de esconder la cabeza de inmediato apenas escuchaban algún problema, no se olvida cuando iniciaron los despidos de numerosos empleados en el presente gobierno en donde varios legisladores no dudaron en expresar que si los afectados no los contactaban entonces no podían hacer nada por ellos, vaya forma de pensar.
Es por ello que ante la apatía de nuestros representantes populares todos los problemas que naturalmente se enteraban se hacían a los desentendidos.
Peor aún fue cuando varios de los legisladores en particular los alfiles legislativos del gordito Marín eran los dedos más rápidos en aprobar todas las propuestas gubernamentales, lo cual a final de cuentas cobró factura cuando un grupo de cuatro legisladores del PRI se pelearon con los seis restantes de la misma bancada por un fallido empréstito estatal.
Tampoco se debe olvidar que la bancada del PRI empezó con diez y hoy solamente quedaron 8 y la cabeza principal en numerosas ocasiones fue desafiado sin miedo alguno por su misma gente, por lo que su liderazgo fue más que tibio.
Lo mismo sucedió con las demás bancadas mucho bla bla bla y nunca apoyaron como debía ser a la gente en los momentos más delicados de la pandemia, por lo que la cultura de la saliva es la que sustituyó a la cultura del verdadero trabajo legislativo,.
En resumen, una de las peores legislaturas en atención hacia los ciudadanos, una legislatura cuya cerrazón fue más que evidente, pero sobre todo hacerse oídos sordos ante las diferentes demandas y solicitudes ciudadanas, ya que organizaciones que en su momento solicitaron el apoyo de los legisladores como Movimiento Hormiga nunca se tomaron la molestia en escucharlos, ni atenderlos adecuadamente, y aquí vale el dicho todos SE HICIERON OJO DE HORMIGA.


Por EL PRINCPAL
 

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