El síntoma principal de las enfermedades gastrointestinales es la diarrea, que se manifiesta con más de tres evacuaciones en 24 horas o con una frecuencia mayor a la que se considera normal, según las características de la persona. Otros síntomas también incluyen: dolor abdominal o cólico, náuseas, vómito, poco apetito, fiebre, malestar general y debilidad.
Si la diarrea y/o vómito no se atiende de forma adecuada, pueden causar deshidratación, ya que se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato).
Por lo que durante esta temporada se recomienda evitar el consumo de alimentos en la calle, mal refrigerados o de dudosa procedencia, además de fomentar el lavado de manos, beber y utilizar agua embotellada, hervida o desinfectada; además de que, en caso de consumir pescados y mariscos es importante supervisar que se encuentren bien cocidos o fritos.
Comer verduras y frutas previamente lavadas; consumir alimentos bien cocidos y calientes al momento de servirse; cuando sobran es importante guardarlos en contenedores cerrados y refrigerarlos una vez que se hayan enfriado.
En caso de comprar comida, evitar los puestos en la vía pública y verificar que el restaurante sea un lugar establecido y que cuente con todas las medidas de higiene.
En cuanto al refrigerador, se sugiere ajustar la temperatura superior a lo habitual para mantener los alimentos frescos y fríos, además de mantener la puerta bien cerrada, cuidar su aseo y no saturarlo para que el aire y temperatura se distribuyan de forma uniforme.
Para finalizar, especialistas del IMSS Yucatán señalaron que los grupos poblacionales que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones por infecciones gastrointestinales y deshidratación, son los menores de cinco años, mayores de 60, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas, por lo que en caso de que presenten los síntomas mencionados y un deterioro en el estado de salud, acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para recibir atención oportuna.