Hoy los diputados locales en su gran mayoría solamente acuden mecánicamente a las oficinas del Congreso local donde una vez a la semana hay una sesión ordinaria, trabajos en comisiones legislativas, encendidos de lucecitas y otras labores de lunes a viernes para desquitar el tremendo sueldo que perciben mensualmente, aunque algunos digan que ganan muy mal y que no está de acorde a su alta investidura.
En el caso del gurú perredista, consejero vitalicio y el principal mandamás del Partido de la Revolución Democrática, su trabajo legislativo simplemente no permea y naturalmente se adorna y muy bien de lo que señala a través de las entrevistas con sus “amigos periodistas”.
Es decir mucho ruido y pocas nueces, lo cual es normal, ya que durante muchas legislaturas los diputados emanados de este partido nunca dan el ancho, solamente están en la búsqueda de acuerdos para apoyar a sus cuates, ganando buen billete a costillas del erario público.
Si don Huayo cree que acudiendo a cuanto evento le convoquen, presentaciones y demás rollos que se inventan para tapar el ojo al macho de que si chambean los legisladores, eso simplemente es más de lo mismo, y los ciudadanos simple y sencillamente siguen esperando algún día que existe el milagro de que sus diputados de mayoría o pluris atiendan a la gente, que recorran las calles, se interioricen en los problemas de sus representados y no anden solamente caminando de puntitas, creyéndose dioses y realizando ociosas declaraciones y buscando el acomodo para sus amigos, eso simplemente no es trabajar por sus representados, es solamente simulación política.
Por EL PRINCIPAL