Un exceso e innecesario poderío político demostró la bancada del PRI y sus aliados en la parte final de la desastrosa LXII legislatura con la ratificación del magistrado César Antuña Aguilar

2021-06-15
Como un balde de agua fría resultó la muestra tardía del poderío político de la disminuida bancada del tricolor junto con varios aliados para sacar adelante la ratificación de César Antuña Aguilar, además de que varios diputados como es su costumbre no acudieron a la sesión extraordinaria.
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Lo increíble del caso es que de nada sirvieron los argumentos y pruebas contra el ratificado presidente magistrado presidente del tribunal de los trabajadores al servicio del estado de y los municipios.
Peor aún fue que se desechó el dictamen de la comisión de justicia en el pleno y Felipe Cervera Hernández se despide de una forma nada convincente como durante todos los casi tres años en que estuvo al mando del congreso local, en donde si él hubiera querido ser un político diferente junto con sus compañeros legisladores emanados del PRI, la historia política sería diferente.
Basta recordar que durante la pandemia del Coronavirus, en donde si los legisladores priístas hubieran demostrado empatía y ganas de apoyar a la gente la gente se los hubiera agradecido y valorado en las urnas electorales, y no demostrar con el tema de Antuña Aguilar un tardío poderío político en el final de las actividades legislativas pero de carácter extraordinario.
Lo más grave es que la ratificación del funcionario quien ni siquiera tiene que rendir la protesta de ley, porque fue ratificado, fue denunciado en innumerables ocasiones por profesionales en derecho del ramo laboral, por parte de varios ex alcaldes, ex trabajadores y por parte de varios legisladores.
En el caso particular de varios trabajadores despedidos al término de una administración municipal tuvieron que recurrir a varios amparos laborales para poder cobrar sus finiquitos que por ley les correspondía.
Por todo ello no se entiende el por qué Cervera Hernández y demás aliados como el veleta diputado perredista, Alejandro Cuevas Mena aprobaron dicha ratificación, la respuesta es muy sencilla fue una vendetta partidista y en donde hoy el alicaído PRI tenía que ganarle la última partida política a la gente del PAN en este caso el Congreso local.
Irónicamente se asegura que también aprobaron esta ratificación los legisladores de Morena, es decir que con ello también queda para asombro de la gente que la leyenda del PRIMOR no es una leyenda urbana, sino toda una realidad.
Si toda esa enjundia y cabildeo legislativo lo hubieran puesto a disposición de los yucatecos en otros quehaceres legislativos, la visita a sus distritos y apoyando a la gente desde el inicio de la pandemia del Coronavirus seguramente el PRI no hubiera sido arrasado en las elecciones del 6 de junio y no se estarían conformando con solamente tres legisladores plurinominales que solamente harán bulla y que para el bloque legislativo que comandará el panista, Víctor Hugo Lozano Poveda no les representará mayor peligro.
Finalmente, un triste final para la bancada del PRI que demuestra con hechos que nunca estuvieron con la gente, y que hoy su victoria no sirve de nada ante los numerosos hechos donde varios legisladores del PRI demostraron ser alfombras dispuestas a ser pisoteadas por el inquilino de palacio de gobierno cuando estos los convocaba para que les aprobara cuanta iniciativa se le ocurriera.

Por EL PRINCIPAL