Desde cuando representa un delito denunciar actos de corrupción con las pruebas correspondientes, o es que vivimos un mundo al revés.

O lo más recurrente hacer cosas chuecas, negocios oscuros, solicitar diezmos o como se dice en Yucatán obtener MOCHES.

Lo cual no es nada extraño en los gobiernos en turno, muchos servidores públicos en turno llegan prácticamente arrastrando la cobija, sin dinero y hasta pidiendo prestado.

Pero pasadas las semanas o meses, ya estrenan autos, empiezan a construir mansiones, cuentan con celulares de alta tecnología y los más caros.

Ni que decir de aquellos servidores públicos calenturientos que empiezan a tener en sus oficinas a muchas chicas que los adulan a la menor provocación.

Y cuando surgen las críticas de agrupaciones o gente con muchos pantalones, empieza el verdadero talón de Aquiles de la gente corrupta que además inician la entrada de numerosos aduladores y aplaudidores profesionales, esos que cobran grandes sueldos, prestaciones sin hacer nada, solamente vigilar, grilla y robar a manos llenas.

Es increíble que cuando una persona de manera valiente, aguerrida y que no duda en exhibir a estas lacras sea castigado de manera ejemplar.

En pasados gobiernos, uno de los sitios más controversiales y donde el flujo del dinero es más que grosero ha sido por muchos sexenios la SEGEY que dicho sea de paso ha sido el trampolín de varios secretarios en turno para brincar a otros cargos importantes.

En el pasado gobierno, Liborio Vidal Aguilar sin contar más que con preparatoria se hizo de la secretaria estatal de educación, como pago de favor político al haber perdido la diputación federal.

Desde un inicio, el Amigo Libo les apostó a los eventos multitudinarios donde las carretadas de aplausos, las fanfarrias, los apretones y abrazos eran el circo mediático que se exhibía en los boletines informativos.

Pero cuando Mauricio Vila y sus asesores iniciaron con todo perfilarlo para ser candidato a la gubernatura del estado es cuando vino el derroche de enormes cantidades de dinero, desayunos, comidas, regalos, contratación de decenas de vehículos, personal comisionado y eventual, es decir la Segey fue un vehículo político donde el dinero se tiró a manos llenas, sin resultados positivos para el empresario vallisoletano.

Sin embargo, el problema no paró ahí, empezaron a salir en las redes sociales y medios de comunicación la repartición de plazas para sus familiares con claves altas y super salarios, su gente naturalmente fueron beneficiados también de última hora, y el servicio en las escuelas más que deficiente.

A pesar de las numerosas denuncias de todo tipo, hasta el momento no existe investigación alguna sobre las denuncias realizadas en tiempo y forma.

Y la pregunta por qué el gobierno del estado no ha hecho nada, la respuesta es muy sencilla, porque el Amigo Libo desde el anterior gobierno apoyó con todo a la 4 T esa es la respuesta.

En varios artículos lo expusimos y es por ello que hoy el Amigo Libo y sus cuates, varios de ellos siguen laborando en el gobierno como si nada, y los que osaron criticarlos o denunciarlos que paguen las consecuencias de sus actos, así es la justicia en México.

Por EL PRINCIPAL