Luego de que se diera a conocer la repugnante campaña de odio contra el dirigente sindical, Jervis García Vázquez, sin importar que dentro de estos actos de difamación se acuse desde la oscuridad a sus familiares por los venenosos de siempre, es evidente que este tipo de gente nunca descansa, pues su odio, envidia está latente todos los días del año.
La gente que le corroe la envidia siempre está dispuesta al escarnio, las intrigas y chismes de todo tipo, con tal de saciar su odio.
Hoy dentro de los diferentes órdenes de gobierno, este tipo de gente abunda por todos lados, no guardan las formas, son peores que vigilantes y ante el más mínimo de error lo magnifican y sin titubear los venadean en las redes sociales o envían información negativa a través de cuentas falsas.
Es por ello que si usted conoce de algún venenoso, chismoso e intrigante, evita entablar plática con dicho individuo sea hombre o mujer, nunca le de mayor confianza, nunca le cuente situaciones familiares o personales, porque todo lo que diga será usado en su contra, si de ya por si este tipo de sujetos boca flojas, son capaces de inventar todo tipo de mentiras.
Recientemente, supimos de un individuo que es conocido como un gran mentiroso que juraba que un conocido político tenía SIDA, lo cual era una tremenda mentira, pues cuando en un acto generoso donó sangre a un amigo, se pudo comprobar que su salud era extraordinaria.
Las mentiras dicen caen por su propio peso y los venenosos, intrigantes y chismosos poco a poco van reduciendo su credibilidad, pues son tantas las falsedades que comenta, que luego ellos mismos se enredan.
En resumen, hoy vivimos dentro de una sociedad más que complicada y este tipo de individuos son peores que la sarna, nunca se logra erradicar por completo, es mejor permanecer en alerta y dejarlos solos con su sarta de mentiras que no llegan a ningún lado.