Se confirma la falta de potencia del agua potable en numerosas colonias de Mérida.

Ante ello, el gobernador del estado, Joaquín Díaz Mena dijo que no queda de otra que trabajar a marchas forzadas y solucionar la falta de presión del vital líquido en numerosas zonas habitacionales de la capital yucateca.

Es por ello que el flamante director de la Japay, Francisco Torres Rivas ha tenido que entrar al quite para que se presente un servicio digno a los miles de usuarios de la Japay.

Cabe agregar que algunas plantas solamente pueden trabajar de dos a tres horas, debido al estado tan lamentable en que se encuentran, donde los exdirectivos de la paraestatal lo único que los interesa era que esta dirección general genera montones de dinero sin invertir nada.

Es por ello por lo que el exdirector Carlos Castillo Sosa entregó una dependencia cargada de mañas, irregularidades, información ni a medias, instalaciones para llorar, maleza excesiva en las plantas potabilizadoras de agua potable.

Es decir, todo un cochinero, donde la corrupción que imperaba dentro y fuera de estas oficinas era sumamente asquerosa.

Se espera que el gobierno actual no solamente ponga en marcha un cambio total en la imagen y servicio de esta paraestatal, sino que los angelitos que estuvieron antes de la llegada de Morena al poder ejecutivo sean castigados con rigor y sin ningún tipo de compasión.

Como bien dice el Gobernador, resulta una calamidad que cuando una persona se va a bañar no hay agua, eso es una falta de respeto al usuario que paga su servicio de manera puntual cada bimestre.

Increíble el altísimo grado de corrupción que imperaba dentro de la Japay, y que hoy representa una alerta roja en el principio del actual gobierno.

Por EL PRINCIPAL