Un ejemplo de ello se puede observar diariamente en la unidad de medicina familiar de Juan Pablo Segundo donde los pacientes tienen que esperar en la calle formando largas filas, lo cual resulta absurdo sobre todo si hoy esta misma institución promueve la sana distancia, los cuales tienen que esperar mucho tiempo a las afueras del edificio, además de que cuando les llega su turno de entrar el trato no es nada cortés, además de que el gel antibacterial que se les da en las manos tiene un olor desagradable como sí él líquido estuviera descompuesto.
Ante ello bueno sería que las autoridades del IMSS dispusieran medidas sanitarias más humanas, un trato más cortés, pero sobre todo que no se deje tanto tiempo en la calle a los pacientes.
Es por ello que en su interior luce casi vacío, donde los trabajadores les da mucho tiempo de platicar y escuchar música puesto que los pacientes son escasos debido a las “estrictas medidas de seguridad” que provocan largas filas y un tedio insoportable sobre todo en niños y adultos mayores, ni que decir de personas con alguna enfermedad que tienen que estar parados por exagerado tiempo sin que nadie los ayude.
Por El PRINCIPAL